miércoles, 29 de julio de 2015

No perdamos el tiempo, nena

Hay quien pide alas para volar y después no se molesta en ir a recogerlas.

Sirenas que piden piernas, pero no se deciden a salir del mar.

Soñadoras, que desean que sus sueños se hagan realidad, pero que no despiertan para poder realizarlos.

Lloronas que se quejan de lo malos que son los hombres y que cuando tienen a uno que las cuida y respeta, lo putean y le fallan sistemáticamente.

Mujeres que pretenden ser perfume de lujo, pero que resultan ser veneno vulgar.

Personas que piden sinceridad y lealtad, para usarla en su propio beneficio mientras son falsas e infieles.

Aves Fénix, que llevan un bidón de gasolina y una caja de cerillas para quemar a lo bonzo, cada nueva oportunidad de renacer que se les presente.

Juguetes rotos, que siempre vuelven a buscar a niños caprichosos y violentos que las vuelvan a romper, una vez tras otra.


Círculos viciosos que confirman, que la experiencia, sin cerebro, análisis y coraje, no sirve de nada.

Puedes arruinar tu vida siempre que lo desees. Pero no molestes ni pidas prestado el frasco de pegamento para corazones que yo estoy usando.
Su contenido es muy limitado y solo lo merece quien va a darle un uso correcto y definitivo.

miércoles, 22 de julio de 2015

Estas jodido. Estas enamorado.


Cuando ella anula tu razón y se hace omnipresente en tus pensamientos.

Cuando al despertar, piensas en ella y al acostarte también. Solo para soñar con ella durante la noche.

Cuando buscas su perfume en cada prenda, en cada cabello, en cada objeto.

Cuando miras como gilipollas, con la mirada perdida en el vacío.

Cuando el reloj se para cuando no estás con ella y no existe cuando estáis juntos.

Cuando solo hablas de sus bondades y tus amigos acaban hartos de tu único tema de conversación.

Estás jodido, amigo. Me temo que estás enamorado.

Doktor Jeckill. Julio de 2015.

Mas de lo que ves


Soy mucho mas que lo que ves.
Para bien o para mal.

Soy mucho mas de lo que parezco.
Aunque hay quien solo juzga el envoltorio.

Soy mucho mas que una piel y un cabello.
Tras mi mirada muestro tímidamente mi historia.

Tras mi pecho, existe un corazón.
Tras mis ojos, hay un pasado.

Cuando solo miras mi cabello,
ignoras que este abriga a un cerebro.

Cuando miras como me muevo al caminar,
ignoras el motivo de mis pasos.

Si eres incapaz de ver lo que soy,
no merece la pena escuchar tus halagos.

Doktor Jeckill. Mayo de 2015.

viernes, 3 de julio de 2015

Sábanas blancas

Sabanas blancas que rozan mi piel, traen el recuerdo de tus caricias.

Los primeros rayos de sol en la mañana, me dicen que la vida sigue.

El aroma del café recién hecho, me hacen sentir en un hogar vacío sin ti.

El perfume que impregna el armario vacío que ocupaba tu ropa, llena aún mas mi desasosiego.

Y busco tu perfume en la almohada. Hambriento de sensaciones y recuerdos.

Ya no podré contar las pecas de tu piel. Una y otra vez perdiendo la cuenta, distraído con tus besos.

Suspiros y gemidos en mitad de la noche, que han dado paso al soez ruído del exterior.

Sin tu forma de tocarme, solo soy la tecla rota de un viejo piano desafinado.

Fantasma de un pasado reciente, que se llevó mi alma a su infierno particular.

Purgatorio por mis pecados, a la espera de que tal vez otro angel venga a rescatarme de mi condena de soledad.

Y todo ello por culpa de esas malditas sábanas blancas, que traen el recuerdo de tus caricias.


Doktor Jeckill. Julio de 2015

miércoles, 3 de junio de 2015

Dame algo... porque yo lo valgo

Hoy he comenzado a realizar un nuevo experimento social.

Cuando los mendigos profesionales me han abordado por la calle vaso en mano para pedirme dinero o los gorrones de terraza me han venido a molestar mientras tomaba una cerveza para pedirme pasta, he optado por descubrirme la gorra de la cabeza y pedirles yo la pasta a ellos o a los de la terraza les he pedido que me paguen la cerveza.

Su cara de perplejidad ha sido bestial y cuando los mas atrevidos me han preguntado molestos, que por que lo hacía, les he contestado que, "puestos a echarle morro al asunto" yo también tenía el mismo derecho que ellos a pedirles dinero.

No por ser un gitano rumano o por llevar la ropa con mas mierda, debemos suponer que nuestro interlocutor no tiene problemas, una familia que mantener o que está pasando por problemas económicos gravísimos.
Aún así mantiene la dignidad de continuar luchando por un trabajo, por un quehacer, una vivienda... y se preocupa de madrugar, de mantenerse limpio y "socialmente aceptable" para poder salir del bache.

La mendicidad organizada activa (la que te va molestando e increpando para que "aflojes la gallina") es ya un mal endémico de nuestras ciudades. No se trata en su mayoría siquiera de vecinos que han caído en desgracia, sino de bandas mafiosas internacionales, que se dedican al tráfico y explotación de seres humanos.

Los pobres... los de verdad, no suelen molestar. Aparcan sus cuerpos y la verguenza que sienten o su derrota, les impide incluso levantar la cabeza y mirarte a los ojos.

Los que "le echan morro", no son mas que "profesionales del parasitismo social" y como tal... si es cuestión de echarle cara... Yo le puedo echar aún mas que ellos.

Ya son demasiados y muy mal acostumbrados. Exigen un derecho que no se han ganado jamás y o bien le ponemos fin a esos abusos, o ya habrá mas pedigueños por las calles, que pardillos a los que sablear , moneda a moneda.

Y mientras tanto, los necesitados de ayuda de verdad... aparcados en la sombra.

domingo, 10 de mayo de 2015

Y la vida pasa...

Y la vida pasa
Y pensamos que nunca más nos levantaremos de nuestros fracasos y nuestro dolor.
Que jamás podremos volver a sentir cosas tan bellas, como las que una vez sentimos antes del ocaso.
Pero el destino que tantas veces es cruel, nos depara de vez en cuando un balón de oxígeno para darnos aire fresco.
Aire puro que substituya a la podredumbre de lo respirado anteriormente y que tanto dolor nos produjo.

Una segunda oportunidad para alguien que lo merece.
Para quien su único delito fue amar sin límite
Para quien el destino no fue generoso ni benevolente en las cosas del amor.

Una vez más se puede ver luz al final del oscuro túnel. Bálsamo al final del dolor
Y rezas para que no fracase esta vez lo que tanto añoras que salga bien.

Y la vida pasa
Y los árboles pelados en el invierno recuperan todo el esplendor verde de sus hojas
Y surgen flores de lo que antes fueron estériles y tristes campos.
Corazones de carne picada que renacen de sus cenizas como el ave Fénix
Para poder recuperar la capacidad de amar sin límite. Con pasión, con locura.
Con la esperanza de que no los vuelvan a lastimar con infinito dolor, con negra traición.

Fe ciega para que Dios en su inmensa misericordia, nos toque con su mano y nos conceda el privilegio de amar
A esa persona especial, que te eriza la piel, que te acelera el corazón y que te hace llorar de emoción.
A esa persona que llevas toda la vida buscando y que a su vez, ella te estaba buscando a ti.
Para llenar vuestra vida de amor, de luz y de esperanza e ilusión.
Esa persona especial que no es otra persona.
Esa persona que en realidad es parte de ti.
Que en la noche de los tiempos fuisteis uno solo, pero el destino os separó y os maldijo lleno de celos
Y os condenó a buscaros alrededor del mundo por toda la eternidad.

Una segunda oportunidad para el amor, con la experiencia que da el dolor de pasados fracasos.
Una segunda oportunidad para sentirse vivo, en brazos de la persona que te hará feliz.
Una oportunidad para olvidar los errores pasados y para la esperanza de aciertos futuros.

Y la vida pasa lenta, pero inexorablemente
Y mi corazón vuelve a latir de nuevo
Y el recuerdo de tu mirada llena de deseo
Me llena de amor por ti.

Y la vida pasa
Ajena a nuestro amor y sufrimiento
Y la vida pasa
Sin saber de nuestra existencia
Y la vida pasa…

Pero a nosotros… ¿Qué nos importa la vida?

Doktor Jeckill 2005.

Resaca

Despiertas con la boca pastosa, sucia , con sed...
Con un terrible dolor de cabeza, entre sábanas sucias y revueltas que huelen a sudor y a fluidos corporales indeterminados.
El estómago lo tienes revuelto y al tratar de incorporarte, un tiovivo de mil demonios comienza a agitar el Mundo que te rodea en una escala de 7,6 grados en la escala de Ritchter.

No recuerdas demasiado bien lo que estuviste haciendo ayer. Entre retazos de una película de terror que es tu vida, aciertas a recordar vagamente el fondo vacío de mil vasos de cristal, rodajas de limón huérfanas de guarnición, perdídas entre pequeños cubitos de hielo y una sonrisa blanca, de dientes imperfectos buscando tu boca con ansia y desesperación.

Empiezas a recordar el aroma de unos cabellos de un olor determinado. Mezcla de pachuli y a hembra peligrosa.
Asocias la sonrisa de dientes descolocados a aquel olor. Una boca imperfecta, como la vida, pero apetecible, como la muerte.

Risas , alcohol, mas risas, mas alcohol... El suave tacto tibio de una piel y el frio tacto del metal.
Hueles tu camiseta y aún lleva impregnado aquel olor de tu última pieza cobrada. Te gusta como huele. A mujer. A damisela deshonrada. A solitaria cazadora de corazones esquivos.
Los rayos del sol que penetran oblicuamente desde el ventanal, te producen una reacción vampírica de rechazo a la luz. Inmediatamente buscas el lavabo y te echas agua fresca abundante por la cara, mientras que un lamento quejumbroso y gutural, te recuerda que las viejas cañerías de ese cubil en el que pernoctas, poseen algún que otro siglo de antigüedad y te recuerdan que tu tampoco eres ya ningún chaval.

Alcanzas tus botas. Poseen un olor a cuero que te recuerdan a la madera de un viejo taller y al aroma de un buen bourbon.

Manos toscas con anillos de plata y restos de grasa entre uñas y huellas dactilares que te recuerdan que tu moto, se quedó anoche durmiendo en la puerta de casa. Manos que anoche, recorrían la piel suave y blanca de aquella hembra rotunda que te dió lo único que poseía.

Recuerdos de sexo, de abrazos y besos, de la penumbra de una habitación destartalada , iluminada intermitentemente por la luz de neón de un cartel de publicidad , ubicado justo enfrente de la vieja ventana de marcos de madera.


Luces rojas, azules, verdes... que teñían la escena de su piel, mientras se arqueaba peligrosamente para la salud de su espalda a la vez que apretaba tu cabeza contra su sexo, sintiendo deshacerse en tu boca. Vaciarse por completo de problemas, complejos e inseguridades, mezcladas con decilitros de flujo vaginal que aún dejan un cierto regusto en tu boca... y dibujan una sonrisa socarrona en tu rostro, al recordar los detalles de todo aquello.

Al acabar,recuerdas que se cabreó porque no quisiste quedarte con ella. Pero necesitabas sentir el aire fresco de la noche.
Una motocicleta solitaria surcando las calles vacías y mojadas, bajo la luz de las farolas, que custodian la noche de las sombras y la mas dura oscuridad.

Recuerdos de ayer, deja vu de mañana... En realidad, poco importa.
Te vistes pesadamente, arrancas tu motocicleta entre el estruendo de sus escapes y maldices la hora en que las autoridades impusieron el uso obligatorio del casco.
Hoy desayunarás unos huevos con bacon en una terraza desvencijada de un bar de parroquianos, al borde de una carretera poco transitada. Después irás a cortarte el pelo a la peluquería de Maxi entre latas de cerveza fresca y buena música de rock & roll como banda sonora de fondo y te sentirás un hombre nuevo. Preparado para hacerle un par de cientos de kilómetros mas, al viaje de tu vida.

Al fin y al cabo, si tu vida es tan decrépita como la historia de un viejo músico de blues... ¿Que importa una resaca mas o una resaca menos?

Doktor Jeckill. 10 de Mayo de 2015.

jueves, 23 de abril de 2015

¡Deprisa , deprisa !

Con frecuencia, vemos el camino a recorrer como algo largo y tedioso en lugar de como un reto y una excusa para disfrutar del recorrido.
La obsesión en los tiempos modernos con obtener nuestras metas al precio que sea, de la manera mas rápida que se pueda y a ser posible con trampas o atajos, nos impiden encontrarnos a nosotros mismos. Pensar, evolucionar, madurar, disfrutar del hecho y del paisaje. Aprendiendo la lección.

Hoy en día, nuestra vida es una autovía de peaje, vallada y limitada, que nos impide conocer las aldeas y pueblos que bordeamos sin prestarles atención.
Hemos cambiado las viejas tascas de pueblo en el que los paisanos nos observaban inquisitivos al entrar y nos despedían con el cariño de un nuevo amigo , por concesiones de hostelería, tan asépticas e impersonales como caras.


Vamos al gimnasio varias veces por semana, en coche o moto, a pesar de vivir cerca de él, para acabar el ejercicio cuanto antes, levantando rápido y mal las pesas y después inflarnos a esteroides y productos de veterinaria con el objetivo de conseguir un aspecto saludable... a costa de nuestra propia salud.

Hacemos la comida en robots de cocina, hornos de microondas y placas de inducción vitrocerámica en solo unos minutos, o directamente la compramos preparada, en lugar de disfrutar de los viejos métodos de cocción lenta sobre un fogón de gas o un lecho de brasas de carbón de encina.

Nos pasamos el día trabajando como condenados, para obtener una serie de bienes que deberían mejorar nuestra calidad de vida, pero en el fondo, solo conseguimos aislarnos mas y mas cada dia.

Nuestros hijos aprenden en "realidades virtuales", que no solo no son realidad, sino que les enseñan una cara de la vida que no se ajusta para nada a la realidad verdadera.

No tenemos tiempo de socializarnos, de tener tiempo para los amigos o para buscar a la pareja adecuada. En lugar de ello, recurrimos a las redes sociales, a la pornografía o a los placebos sustitutivos de enfrentarnos a la verdad sobre nosotros mismos.

Existe un viejo proverbio que dice que "La experiencia no es solo lo que hemos vivido, sino todo aquello que hemos vivido, reflexionado y comprendido".
¿Como vamos a evolucionar, si pasamos por la vida sin tiempo de saborearla y sin un minuto para pensar sobre lo que nos ocurre?.

Doktor Jeckill. 23-04-2015

domingo, 1 de marzo de 2015

El último viaje hacia el Valhalla

Pablo contemplaba el vacío desde el borde de la caída.

Observaba de manera calmada y seguro mientras sentía el calor del sol de primavera en la cara.

No tenía miedo, ni se encontraba incómodo, nervioso ni desesperado.

Simplemente sabía que su ciclo en la vida había terminado y era absurdo dar continuidad a algo que tendría que suceder de todas formas tarde o temprano, pero que sin embargo, era mejor precipitarlo por una cuestión básica de dignidad humana y calidad de vida.

Pablo era, o había sido, un macho alfa. Un guerrero, un soñador, un poeta y un trabajador eficiente y respetado. Un buen padre de familia y un buen compañero de las mujeres a las que amó.

Fué protector y dulce con los suyos, misericordioso y justo con los que necesitaron de su ayuda y duro , despiadado e incisivo con quienes intentaron joderle.

Había tenido una vida plena. Había vivido mas o menos como quería y miles de anécdotas y experiencias en la mochila del recuerdo.
Había amado intensamente, había luchado intensamente, le habían roto el corazón en varias ocasiones y había disfrutado del amor de mas doncellas de las que podía recordar.


Pero ahora era solo un tullido al que la suerte le había dado la espalda. Dolores intensos e incapacidad para poder ganarse la vida tal como lo había hecho durante su existencia. Sentirse atrapado por un trabajo que ya no le llenaba y del que no podía cumplir de manera adecuada por sus taras físicas.

Amores que se habían convertido en carceleras y un hijo que había volado del nido que nunca hubo y que apenas le llamaba, salvo cuando necesitaba algo.

Su motocicleta llevaba años sin el mantenimiento adecuado. Lo que había provocado pocos años atrás el último accidente de los cuales aún permanecía recuperándose.

La usaba por pocos kilómetros y para realizar quehaceres cotidianos, sin hacer un viaje guapo y por placer desde que ya no le alcanzaba la memoria. Desde hacía años, nunca había dinero suficiente para gasolina, para reparaciones, para recambios o para el viaje en si. Tampoco tiempo con su extenso horario de trabajo de pluriempleado.

Era un viejo guerrero convertido en anciano de una tribu que ya no respetaba a sus mayores. Era un león herido en una manada de hienas hambrientas y sedientas de sangre del caído.

Se encontraba en un nuevo Mundo con unos valores que él no aprobaba y del que se encontraba desplazado, molesto y profundamente decepcionado.
Y como tal, obraba en consecuencia. Tanto animales como viejos guerreros de antiquísimas tribus, cuando ha llegado el momento de darse un crucero en la barca de Caronte, buscan en sus bolsillos su moneda de plata, recogen alguno de sus efectos personales mas queridos y abandonan el poblado para morir dignamente en tranquila soledad. Lejos de reproches, envidias, competencias, miradas varias o juicios de valor.

Sin importar opiniones ni recuerdos que quedaron atrás, ya no importa nada. El brillo de sus ojos ha hecho de avanzadilla en el último viaje y espera con anhelo la liberación de la miseria que le pesa sobre la espalda y en las cicatrices de mil batallas luchadas.
Pablo observa el vacío con cierto alivio y siente la paz de no tener que preocuparse por luchar en desventaja en una guerra que ya no siente como suya. Que ni aprueba ni comprende.

Avanza el paso que le separa del abismo, tal como había hecho montones de veces años atrás con un paracaídas a la espalda, solo que esta vez, ningún atalaje de nylon aprieta su cuerpo. Y observa como un grupo de preciosas rubias de ojos claros con el largo pelo recogido en coletas, vestidas con armaduras de cuero y cuerpos de campeonas de fitness acuden a sujetarlo por los brazos y piernas sin herirle con las armas que portan. Le miran con simpatía y agrado, le sonríen y le acarician con picardía y obsceno deseo, mientras lo transportan en volandas.

Le dicen que hoy no tendrá que recorrer el Aqueronte en barca, porque se ha ganado el derecho de entrar con ellas en el Valhalla. Pablo sonría y se deja hacer. Ya no siente frío, ni le duele el cuerpo y no siente remordimiento ni preocupación por nada.

Pablo tal vez no se llama Pablo. Y este relato tal vez no es un cuento fantástico. Hay muchos mas Pablos de los que puede parecer a simple vista, pero el resto del Mundo no a reparado en ellos. A ellos no les importa, porque se reconocen en cada batalla y también en cada descanso. Frente a una jarra de cerveza en una taberna, o al borde de cualquier precipicio de la costa del río Aqueronte.

Doktor Jeckill. Febrero de 2015.

viernes, 9 de enero de 2015

"Iberican way of life"

Recuerdo que hace unos años, cuando la típica "progresía de Ipad y Mac" discutían en un programa de radio sobre la tolerancia hacia los musulmanes y el respeto a su cultura impuesta en tierra íbera; Llamó al programa un ciudadano de una ciudad del sur de España, pero de origen marroquí.

Este buen hombre relató que tenía mujer y dos hijas, que llevaba varios años viviendo, trabajando duro y de manera legal en España y que sus hijas recibían una educación occidental en la escuela y en la sociedad.

Él había venido a España, precisamente huyendo de las imposiciones y modo de vida propios del islam, de sus costumbres retrógradas y de su brutalidad.

¿Como pretendían los españoles apoyar aquello de lo que él y su familia habían huido?

¿Como renunciar a ver la sonrisa de sus hijas y a verlas vestidas preciosas con unos vaqueros ajustados y un top enseñando el ombligo?

¿Como renunciar a la independencia de su esposa que no precisaba de su permiso para hacer las gestiones que necesitase mientras él trabajaba?

¿Como renunciar a tomarse unas cañas de cerveza o unos vinos con sus vecinos aderezadas con unas tapas de ibéricos?

Relató varios ejemplos mas sobre el particular, su nuevo modo de vida y el de su familia. Y advertía que ante la imposición de la Sharía o cualquier modo de vida de corte teocrático islámico, eso desaparecería , por lo que se vería en la necesidad de volver a huir de ello.
Que los árabes que desearan vivir como árabes, ya disponían de montones de países en los que podrían hacerlo, pero que dejasen Europa en paz, porque a él le encantaba España, sus gentes y sus costumbres, por lo que no deseaba perder toda esa calidad de vida ya obtenida por él y por montones de paisanos suyos que se encontraban en su misma situación.

Creo que la coherencia de este hombre es aplastante. Es un claro ejemplo del famoso "vive y deja vivir".

Una cosa es enriquecernos con el conocimiento y costumbres de otras culturas, otra muy distinta es el mestizaje. Pero otra muy distinta a las anteriores, es la imposición de una cultura foránea en detreimiento de una sociedad ya establecida y tolerante.