martes, 2 de abril de 2013

NOCHES DE BOURBON & BLUES


Los kilómetros pasan inexorablemente bajo las ruedas de mi vieja moto. No recuerdo exactamente desde hace cuando tiempo ya.

El asfalto y gravilla son testigos mudos de mi viaje de Ulises. Purgando mis pecados. Condenado a vagar por la carretera por una eternidad.

Bares de carretera, gasolineras, sucios lavabos de área de servicio… Miradas desconfiadas y curiosas que escudriñan a través del polvo de mis vestiduras.

La vida nómada del que a ya, nada le queda. La vida nómada del fugitivo, del paria social, de quien perdió la esperanza pero no el orgullo.

Bajo la lluvia y bajo el sol. Jornada tras jornada del viaje que mecánicamente traslada mis doloridos huesos de un lugar a otro, sin rumbo definido.
Parando de vez en cuando para efectuar alguna reparación o realizar algún trabajo esporádico o de temporada con el que poder subsistir durante algún tiempo mas.
Durmiendo bajo la fresca manta de la noche estrellada y amaneciendo con las gotas de rocío poblando mi bigote y mi perilla en algunas ocasiones, o en una sucia y destartalada habitación de pensión de mala muerte en otras.

Recuerdos de una vida intensa y rápida… muy rápida. El ejército, las noches de bandas de motoristas, noches de cerveza y rock and roll… Que con el tiempo y la escuela de la vida se han convertido en noches de bourbon & blues en calma soledad.
Recuerdos de amigos que ya no están, de mujeres que no volverán, de familia de la que apenas me queda…
Los molinos de viento me saludan desde lo alto del cerro y niños de ojos enormes desde los asientos traseros del coche de sus asustados progenitores.


El sonido ronco del motor de mi montura y el frio destello de sus piezas metálicas son mis compañeros de viaje. Son los que pintan el cuadro que representa la escena de roadmovie en la que se ha convertido mi existencia.
Hace ya demasiado tiempo que no me visitan los demonios. Hace tiempo que juego al póker con mis fantasmas y ambos hemos aprendido a bromear mutuamente cuando descubrimos que vamos de farol…

Son las noches de bourbon & blues las que entonan la canción de mi vida y que describen la escena de cunetas, viejos pueblos, obstáculos, viejas amistades… Aunque también de los ojos de aquella mujer… Todos ellos quedaron atrás. Tan atrás que apenas puedo vislumbrarlos a través de los espejos retrovisores de la moto de mi recuerdo.

Decadencia en estado puro. Arrugas en la piel curtida, el olor añejo del cuero & el metal y secretos dolores articulares en cada hueso de mi cuerpo exteriorizan a la perfección el estado en que se encuentra la salud de mi alma.
Y esa mirada soñadora, perdida y vencida de músico olvidado. De viejo perro sabio que vaga por los caminos. De orgulloso guerrero mil veces vencido… aunque jamás en el campo de batalla. Y el reflejo en los ojos de mil noches de bourbon & blues.

Doktor Jeckill. 02 de abril de 2013.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cuantos nos sentimos asi, aunque sea metaforicamente, debido a que esta puta crisis no te deja ni moverte de casa, rebuscando calderilla para poder comprarte una botella y recordar, que en este caso, y la mayoria de las veces, cualquier tiempo pasado fue mejor

Doktor Jeckill dijo...

Cierto Antonio.
Hubo un tiempo en que mi vida fué asi mas o menos.
Ahora es casi peor. El sedentarismo. La atadura de un trabajo y una relación en tiempos de crisis en los que no puedes enfilar la carretera y dejarlo todo atras como en otros tiempos.
Sin dinero porque te lo quita este estado corrupto con mil artimañas inmorales y a veces incluso ilegales... y deseando poder sentir el aire en la cara y los kilómetros en tu moto sin miedo, sin sentirte un proscrito...